El
ocasionalismo duda la concepción de substancia presentada por Descartes. Con
Descartes se ha tomado al concepto no como una vía provisional que complementa
el contenido de la realidad representada, sino como un fin mismo, que inmerge en sí explicaciones que podrían sobrepasar los límites de la realidad
mencionada, el concepto se explica a sí mismo y puede que se despliegue en una
falseada imagen de la realidad y no un verdadero reflejo de la misma. Para
ellos la definición cartesiana de sustancia no es fiel a la realidad. Y nos
dirán: “ese ente del que hablas no es algo en sí subsistente; la causa que
decís no es causa, sino que detrás de todo eso hay algo único que posee
exclusivamente el ser y es quien solamente puede obrar” (p.56). En términos
coloquiales, las substancias finitas para ellos no son autónomas ni
independientes, critican la explicación que da Descartes a su interacción; en realidad, sus
cambios y movimientos tienen su causa primera de Dios, Dios a través de su
actividad desplaza a las demás substancias y las determina. La acción recíproca
del alma y el cuerpo no es sino aparente, ya que lo que realmente ocurre es que
lo que nos parece ser una acción del alma sobre el cuerpo no es más que una
"ocasión" de la acción divina.
Sus
primeros representantes fueron Clauberg, de la Forge y Cordemoy.
Johannes
Clauberg (1622-1665): Llama a Dios simplemente causa universal. Cuando un ser
actúa sobre otro no se da un poder causal, sino tan solo la transmisión de una
actividad que tuvo comienzo en Dios, la interacción de cuerpo y alma ocurre
porque Dios así lo ha dispuesto.
Gérauld
de Cordemoy (1620-1684): No comprende como se da la interacción de cuerpo y
alma, pero tampoco comprende la interacción de cuerpo con cuerpo. Dios es la
causa absoluta.
Louis
de la Forge: Nuestra alma no sabe cómo actúa sobre el cuerpo, y de lo que no
tenemos conocimiento no podemos decir que lo hacemos, Dios es la causa única. Y
como tampoco sabemos cómo un cuerpo transfiere efecto a otro cuerpo, tampoco
podemos admitirlo, Dios es la causa absoluta.
Sus
principales representantes serán Geulinex y Malebranche.
ARNOLD GEULINEX:
REPRESENTANTE DEL OCACIONALISMO
(Holanda 1624-1669):
Metafísica
Desposee a las cosas y al hombre de sus
caracteres de sustancialidad y causalidad.
Causa:
El hombre realiza movimientos corpóreos y recibe percepciones sensibles, y el mismo cuerpo realiza movimientos
inconscientes (ej. palpitación); Geulinex no comprende como a través de la
voluntad del espíritu se trasmite movimiento al cuerpo, o como un estímulo se
torna en una percepción sensible consciente. Es obra de Dios, dice, una fuerza
más allá de la conciencia, vida y peso, el hombre no es más que un simple espectador
de dicho proceso mecánico.
Por
lo tanto una única cosa nos pertenece y es el obrar interior del espíritu, (pero
el cuerpo no es parte del hombre, sobre el solo obra Dios con ocasión de
nuestros actos internos voluntarios mediante el orden con que Dios mismo construyó
el alma cuerpo concertados entre sí ) y esto constituye la libertad moral, que
consiste en hacer sino lo que Dios quiere, porque podríamos decir sí o no
la ley de la razón.
Ética
Las
cuatros virtudes cardinales en Geulinex son la diligencia, la obediencia, la
justicia y la humildad.
La
más importante entre ellas es la humildad, que consiste que el ser humano no
debe preocuparse demasiado de sí mismo, todo su esfuerzo debe ser de cuidado y
amor a la razón para que llegue en absoluto a olvidarse de sí. Esta humildad consiste
en un amor a Dios y la razón, pues que la razón es la ley y la imagen de dios
en nuestra alma. Esta ética de humildad, amor a la razón y adiós, es una ética
rigurosa de la ley y el deber, es una corriente mística con tendencia a ver
todo el dios y nada en el hombre.
En
conclusión el ocasionalismo de Geulinex consiste en un yo reducido al espíritu
(no cuerpo), la escisión exclusivista de la substancia corpórea y la substancia
espiritual, el mecanicismo cósmico y la
tendencia al monismo de substancia infinita y de su causalidad única; todo esto
es cartesiano radicalizado (p. 58)(casi panteísmo). El ocasionalismo lleva la
definición cartesiana de sustancia hasta su tensión máxima en las fronteras del
monismo pero se detiene ante él.
MALEBRANCHE (1638-1715)
Malebranche
intentará resolver la aporía cartesiana de la substancia con la ayuda de la
filosofía agustiniana
Visión en Dios.
Visión en Dios.
El
cogito es fundamentalmente espíritu. El espíritu participa en Dios, vive con él y en él contempla todas las ideas
de las cosas creadas, incluso las corpóreas, a través de los arquetipos
existentes en la mente de Dios. Lo primero conocido siempre es lo infinito, lo
finito simplemente es una limitación y el conocimiento sensible una visión
turbia de lo infinito y divino. En la medida que el hombre es espíritu, vive en
Dios. (p.60)
En
lo moral por tanto en la medida que el hombre aprehende el bien moral, los
valores, la ley divina, aprehende algo de la bondad eterna e infinita, y por
tanto vive en Dios amando y pensando lo verdadero.
Ontologismo.
No
niega el mundo de los cuerpos, los cuerpos existen como algo distinto de Dios y
fuera de él; nuestro espíritu solo conoce las ideas arquetípicas de los cuerpos
que se encuentran en Dios, y de ese modo Malebranche no pone en contacto el
cuerpo y el alma. El yo sigue siendo un yo con personalidad aparte no absorbida por Dios. Este yo personal vive
enteramente de Dios, pero la causalidad divina tiene que tener en cuenta la
ocasiones prendidas del yo creado. No salva la distinción entre ser creado
e increado y hacer tabla rasa del to
personal, siempre miró al alma humano
con un enfoque individual y personalidad acusada.
Ontología:
dios es el principio ontológico, es como tal, conocido inmediatamente, y por
medio de él, lo demás.
Bibliografía
Hirschberger, Historia de la Filosofía Moderna
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