Marx nos dice que a
través del trabajo, el hombre ejerce su actividad vital como animal consciente,
que transfiere una forma –que consiste en darle contenido humano a la
naturaleza—creando un mundo humano que es el mundo de la praxis histórica,
distinto del mundo natural donde aún no ha intervenido el hombre.
Bajo el dominio de la propiedad privada, el proceso de producción, los productos del trabajo y los otros seres humanos se vuelven para el trabajador algo extraño y hostil. Analizando el papel de los trabajadores en el modo de producción burgués Marx ha manifestado como la miseria del trabajador es inversa a la prosperidad de producción y poder, reduciendo su destino a nivel de mercancía. Partiendo de los hechos económicos modernos se evidencia como el trabajador se empobrece en tanto más objetiva su trabajo a través de la producción y como a medida que se enriquece el mundo de las cosas, se desvaloriza la vida humana. De esto se infiere que el trabajo enajenado se presenta de 4 formas fundamentales:
Relación del trabajador con su producto, en la que la producción se presenta como algo ajeno al hombre, esta desrealización es tan profunda que el trabajador es despojado de todo objeto vital para trabajar e incluso para coexistir.
Relación
del trabajador con el proceso de su actividad productiva, si el producto se
presenta como algo ajeno al hombre, la actividad productiva es necesariamente
la enajenación activa o la actividad enajenante. Donde el trabajo enajena al
trabajador del género humano convierte para él la vida genérica en medio para
la vida individual. El ser genérico del hombre consiste en su esencialidad,
su actividad productiva donde se encuentra entrelazado con la naturaleza y su
proceso reproductivo. “…en la elaboración del mundo de objetos el hombre se
acredita realmente como un ser genérico. Esta producción es su vida genérica
laboriosa. A través de ella se revela la naturaleza como obra suya y su
realidad”.
Relación del trabajador con su propia naturaleza, en palabras de Marx: “… la vida productiva es la vida genérica. Es la vida que engendra vida. En el tipo de la actividad vital se contiene todo el carácter de la especie, su carácter genérico, y la actividad libre y consciente es el carácter genérico del hombre.”. (2011, pág. 600) El trabajo enajenado al hacer de la actividad libre y vital del hombre un medio para su existencia, la conciencia que posee sobre la esencia de su especie, sobre su ser genérico es vista como un medio. Lo que hace del hombre un ser ajeno a sí mismo, su capacidad genérica como un medio para su existencia individual, en pocas palabras, el hombre enajenado del hombre.
Relación del trabajador
con los demás individuos, la relación del hombre con su esencia genérica
se ve reflejada en su relación con lo demás individuos, su trabajo y el objeto
de éste. La actitud del hombre hacia sí mismo sólo se hace objetiva, real, a
través de su actitud hacia el otro hombre. Marx afirma: “…la
afirmación de que al hombre se le enajena su ser genérico significa que un
hombre se halla enajenado para el otro, como cada uno de ellos con respecto a la
naturaleza humana…Por consiguiente, desde el punto de vista del trabajo
enajenado, todo hombre es considerado en relación con los demás con arreglo a
la medida y a la relación en que él mismo se encuentra como trabajador.”. (pág.
602). Si el hombre se comporta ajeno hacía su propia
producción es porque existe un propietario que lo adquiere, y cuando se
comporta hacia su actividad vital como hacia una actividad esclavizante y
forzada, en la realidad secular se ve reflejado en una actividad puesta al
servicio de otro hombre.
Bibliografía
Marx, K. (1982). Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. En K. Marx, Escritos de Juventud (págs. 555- 664). Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica .
San Salvador, 2019
Elena Pacas
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